Odio esa sensación. La odio y me pasa cada vez con más frecuencia.
Tengo hambre, mucha mucha hambre. Pero abro el frigorífico y no encuentro nada apetecible, salgo a la calle y no quiero nada de lo que veo, nada me llama especialmente la atención.
En realidad no sé lo que me apetece, no sé que quiero. Ni si quiera sé si lo que busco existe.
Pero luego caigo en la cuenta. Caigo en la cuenta de que lo que verdaderamente quiero es ver a esa persona que echo tanto de menos.
Hambrienta de ti.
Maldita sensación.
7 comentarios:
Se llama amor hamija! Aunque te empeñes en negarlo :)
Le tendré que hacer caso a la maestra :)
Yo no creo que se llame amor!!!
Debe ser cariño o simple afecto...
La posesión no cabe en los haberes del amor!!!!
Vamos, solo tienes hambre...
pero sabes que no quieres comer realmente...
Me encanta que me hagas ahondar más en mi misma.
No ralles que seguro que es amor ^^
El tipo de posesión que hace sobre mí si entra en mis ideales de amor...por lo que esa sensación pasa de maldita a placentera y produce más y más adicción.. :)
Voy!!Bien dibujada la sensación Fulli. Ma gustao mucho amiga.
Sigo discrepando con tu seguidor Ramón. No es posesión es buscar esa ración de mí que sabes que te puede saciar. Muy bien escrita esa sensación que te embarga y que me persigue desde que ha comenzado el verano.
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