domingo, 2 de mayo de 2010

EL JUEGO DEL PAÑUELO

Empecemos por la única certeza de la que estoy plenamente segura y defenderé siempre: el burka es una clara sumisión de la mujer. El papel que la mujer tiene hoy día en el Islam está claro, su nulidad no ha cambiado. 
Arrastro desde hace ya tiempo un dilema moral, cultural, filosófico y antropológicode este asunto, y como estoy harta de arrastrar, lo voy a soltar: creo que no debería prohibirse el burka. No deberíamos prohibir un velo proveniente de una cultura distinta a la nuestra sólo porque vivan en nuestro país. ¿Acaso nos gustaría que ellos nos obligaran (que seguramente lo harían) a llevar velo? ¿Acaso nos gustaría que nos obligaran a hacer algo en contra de nuestras creencias y nuestra cultura? Y recalco obligar, porque la palabra es la clave.
Jugamos con ellos, jugamos con nosotros mismos. Inventamos leyes, nos gusta mandar a otros que ocupan nuestro territorio. Nos creemos progresistas y no somos más distintos que ellos, hacemos lo mismo: en la prohibición está la pálida muestra. Esto no es un juego, aquí no hay ganador ni perdedor, no hay normas, no hay fullería y no hay territorios.
Cuando un inmigrante para a formar parte de otra sociedad, para vivir en ella, tendrá que aceptar una serie de normas, pero también rechazará otras por no ser compatibles con sus creencias. Si el inmigrante siente que su propia cultura es mala, y se siente rechazado e incluso humillado por el país de acogida, cualquier acercamiento que haga a él lo sentirá como un alejamiento de su país de origen, y por lo tanto reaccionará mostrando signos de su diferencia. El choque de culturas en un mismo espacio es el problema que se nos plantea aquí, como siempre una se impone sobre la otra.
En realidad siempre que pienso en estas cosas todo me lleva a la misma base, que esto no es un problema educativo o religioso, sino una cuestión antropológica filosófica que te cagas, el ser humano al fin y al cabo es una tabula rasa y para él la cultura lo es todo. Nuestra cultura lo es todo para nosotros, su cultura es todo para ellos... estamos tan seguros de que llevamos la razón como lo están ellos.
Si queremos ser de verdad progresistas no podemos seguir imponiendo lo nuestro a la fuerza. Aquí hay que ser más listos e ir por el paso de la educación y la igualdad. Existe una naturaleza humana, no sabemos exactamente cómo es, pero intuimos que conforme a ella las diferencias biológicas entre hombres y mujeres no justifican recorte alguno en los derechos fundamentales de la mujer. Y esto, dejando a un lado la cultura, debería ser mundialmente reconocido, siempre a través de la palabra y no de la fuerza.
Como he dicho estoy en un dilema y abierta a otras propuestas. Pero que no sigan comparándome el burka con la gorra, por favor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es otra la cuestion. La cuestion es legal. No se puede ir con la cara tapada por la calle, es ilegal. Por motivos de seguridad. Si todo el mundo pudiese ir con el rostro cubierto a los bancos, cualquiera podria robarlos y quedar impune. Las camaras de seguridad de trafico, las de los cajeros, las de los grandes almacenes... arrojan luz en investigaciones criminales. Cualquiera puede ponerse un burka y hacer lo que le de la gana con el rostro tapado? Piensalo. Es una cuestion de seguridad ciudadana, que nos importa a los paises desarrollados la humillacion que estan sufriendo millones de mujeres en el mundo, siendo consideradas por el Islam seres humanos de segunda clase, y de la que el burka es solo un lejano reflejo? Y sobre todo si hay muchas personas en el primer mundo que piensan como tu y que relacionan erroneamente el burka con "cultura". Debemos ser tolerantes con la INTOLERANCIA hecha "religion". Perfecto. Y en nuestras fronteras, tambien. Ahora, ya las suyas... es otra historia. Ridiculo.