martes, 30 de diciembre de 2014

Otra vez la cosa rara.

En mi sueño de anoche tú eras mío. Sólo mío.
Y no había pros ni contras en ello.
Simplemente la cosa fluía, sin más.
Porque todo estaba destinado así.
Y nosotros disfrutábamos de la mediocridad de nuestra relación.
Porque como el resto de humanos arruinar todo lo que tocábamos era nuestro cometido.
Incluso si la ruina incluía a personas queridas.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Se te echa de menos, a veces