¿Alguna vez amaste a alguien tanto que apenas podías respirar? ¿Que no te dejaba conciliar el sueño? ¿Alguna vez te sentiste como si ese amor te golpeara? Dolor, escalofríos, mareos, enfermedad, vacío, veneno...
Cuando cuento mi historia, la mayoría de las personas se alarman, me dicen que lo mejor es que cada uno siga su camino, que nos estamos haciendo mucho daño, que esta relación nos está quemando.
Y yo les digo que está bien, que tranquilos, está bien. Que a mí me gusta cómo quema.
Y luego me pongo triste, muy triste, y ellos piensan que por mi frustrante y dolorosa relación. Y en realidad es por ellos, por no tener la oportunidad de vivir lo que estoy viviendo.
Una vez, Ginés Liébana me dijo: "No te preocupes, querida, el amor no duele tanto como crees. Además, es bonito sufrir por amor, sufrir por amor es una de las cosas más bellas del mundo. Hay que alegrarse de poder sufrir por amor".
2 comentarios:
Además de verdad, si no se sufre por amor es que no existe tal cosa en nosotros. Amar es alegría pero la alegría también te la da ver una comedia, el triunfo de tu equipo de fútbol, un aprobado... ¿entonces todo eso es amar? Por ello sufrir es necesario para querer porque te das cuenta que hasta el propio sufrimiento es bello.
Vaya chorrada que he escrito pero bueno, quería ponerte algo tras por fin ver una entrada tuya entre las novedades de mis amigos bloggeros!
¡A más ver! =)
El amor sufrido es una gran responsabilidad contigo misma. Está bien, y es bonito. Pero acuérdate de cuidar de ti, y cuida también de que, aunque queme, no llegue a abrasarte ni a ti ni a los que te rodean.
Mis comentarios tienen siempre tintes moralistas, a lo editorial admonitorio.
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